Pactar con el diablo




¿Se puede pactar con el diablo? Algunas corrientes afirman que sí rotundamente, e incluso en grandes artistas internacionales se les puede ver con simbolos un tanto extraños; ojos enormes, triángulos, veneraciones a rituales "pocos comunes", etc. En muchas ocasiones lo que se pretende es que no se olvide la masonería y es por ello que añaden simbolos que son acordes a lo que practican y por tanto son "suyos". Pero hoy no pretendo hablar enteramente de si se puede o no pactar con en el diablo, que personalmente yo pienso qué..., hoy hablaré de un sueño y un ¿Pacto? No tiene desperdicio. 

Me encontré en la calle, con unas tres personas más. Una de ellas era de algún modo, superior al resto. Como si fuera el jefe del grupo; alguien con más elevación espiritual que el resto. De pronto en una pared de dicha calle, pudimos abrir una puerta secreta. Una abertura se abrio como si desapareciera un trozo de pared a modo de puerta y dejará ver un largo pasillo que se introducia a un interior muy profundo y oscuro. Nos adentramos sabiendo lo que nos ibamos a encontrar; estabamos de "misión". Una abertura descomunal se abrió ante nosotros. Se trataba de una gran e inmensa cueva que se abría a lo más profundo de la tierra. Toda ella cubierta de un fuerte color rojo y naranja debido al fuego eterno que prendía sin cesar. Y no estabamos solos. Parecía el hogar de los orcos en "El señor de los anillos", pero sin abertura al exterior. A nuestro paso nos encontramos con toda clase de demonios. No nos quitaban la vista de encima a nuestro caminar, sin dejar de hacer su trabajo. No nos miraban con odio, pero tampoco con simpatia. Refunfuñaban como perros contenidos a punto de que su amo hiciera una señal para atacar al intruso. ¿No tenéis un poco de calor aquí? dije con cierta sorna. En mi mano sujetaba una especie de goma elastica que cambiaba de color. Cuando lucía el color azul, lo apretaba amasándolo, y el efecto que realizaba era una increible magia en aquella enorme cueva; todo se volvía azul de repente, se congelaba. En un par de intentos más con aquella extraña goma, toda la cueva quedo congelada. Todo y todos pasaron de tener un fuerte color rojo y fuego a su alrededor, a tener un aspecto más celestial. Era la demostración de nuestro poder espiritual frente a los demonios del lado contrario. 

Aquel ser superior que estaba con nosotros, habló en privado con el mayor de los demonios; Satanas. Parecieran que llegaron a un buen acuerdo ¿Un pacto quizá? ¿Qué pasó ahí dentro? Nos dirigimos a la salida y el jefe de los demonios nos acompaño amablemente. Se quedó frente a mí y me sonrió con sinceridad, sin dejar de ocultar su verdadero ser interior. Me despedí de él con un "choque de puños" y le terminé por entregar aquella goma que usé para cambiar el fuego por el cielo. Es el último trozo que existia y ya nadie entraría ahí para cambiar su estado. Él lo cogió y lo deshizo hasta que desapareció. 

Quizá el pacto fue llegar a comprender y entender que hay dos lados opuestos y que nos tenemos que respetar para poder vivir en armonía y no entrar en ninguna ballata sin fin, puesto que nunca desaparecerá del todo los pensamientos tanto positivos como negativos; el yin y el yang. 

A lo mejor querido lector es lo que pasa a esta humanidad. Está llena de situaciones bondadosas y positivas, pero también de guerras, hambres y penurias. Siempre conviven los polos opuestos. Y quizá, solo quizá esto sea así para siempre. Al menos en este plano físico. 

Buen domingo!

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