Los maestros (Una experiencia en el plano astral)



 

Aquella salida extracorpórea en esa tarde de verano, confirmaba que iba a experimentar una situación bastante diferente de las anteriores. No iba a estar en un gran parque rodeado de personas, o sobrevolando los edificios como un aguila a la caza de su presa. Antes de iniciarse el zumbido en mis oidos y la vibración por todo mi cuerpo, casi minutos antes, ya percibia esa otra dimensión. Y asi resultó ser. Oscuridad. Por unos instantes permanecí quieto a la espectativa de lo que sucediera. Lentamente empecé a tocar lo que quisiera que hubiera a mi alrededor ¿Sería un sitio familiar? ¿Mi habitación o parte de mi casa quizá? No. De algún modo sabía que estaba en un sitio especial. Mis dedos rozaron lo que parecía ser madera. Bien tallada. Eso significaba que me encontraba en un lugar importante; un palacio, una base militar, un..
Pronto todo a mi alrededor comenzó a ser visible. Observé una amplia planta diafana de un edificio. Un precioso lugar me rodeaba. Un sitio que rezumaba tranquilad, paz y serenidad; una universidad. O al menos una "especie" de edificación donde se aprendian cosas importantes. Esto me lo hizo saber rapidamente la persona que me estaba esperando unos metros más adelante. Un hombre de edad avanzada y de pelo cano, me sonrió dándome la bienvenida. ¿Por qué estoy aquí y qué me vas a mostrar? Fue la pregunta que mentalmente me lanzé en mi intimidad, pero que él pudo percibir. Se dio la vuelta a modo de "acompañamé" El lugar estaba hecho de madera en todos sus rincones; paredes, techos, suelos. Un largo pasillo atravesaba el gran hall dónde nos encontrabamos. También unas escaleras indicaba más plantas hacia arriba. ¿Cuántas habría? ¿Cómo de grande sería ese sitio? 
Poco después llegamos a otras escaleras que dirgian a un piso superior, pero este se encontraba entre la planta baja y el primer piso, abierto a la vista de todos. Algo parecido a un altillo. Dos hombres de aparentemente la misma edad que mi acompañante, ocupaban una mesa llena de papeles y libros. No alzaron las cabezas para ver quién era el visitante inesperado, uno de ellos, el que se encontraba a la izquierda, miró durante unos segundos a través de sus gafas por la parte superior de estas. El otro hombre, ni se inmuto. Sí que pude percibir una cierta molestia por parte de ellos. Quizá mi compañia no era del todo grata. O quizá simplemente no estaba preparado para estar allí. En otras circustancias me pudo hacer gracia ver aquellos tres hombres de pelo y grandes barbas de un blanco radiante y con sus túnicas a modo de magos. Pero no, era respeto lo que me hacian sentir. Aunque a lo mejor fue irrespetuoso lo que hice unos segundos después. Un libro abierto de par en par ocupaba gran parte de la mesa donde se encontraba el hombre que no levantó la mirada en ningún instante. Pero eso cambiaría en un corto espacio de tiempo. El libro contenía simbolos extraños, como si de un lenguaje desconocido se tratara. Lo vi. Y el me vio. Me miró, y rapidamente cerro aquel enorme libro. Mi acompañante me invitó, amablemente, a irme de aquel altillo en donde unos hombres estudiaban extraños libros. Pero más raro fue lo que vi al bajar las escaleras de aquel sitio. Algo que me dejó casi petrificado. Lo miré a los ojos fijamente mientras le veía aparecer en el pasillo que cruzaba aquella instancia. Un enorme y respetuoso tigre se hizo presente. Su cara era diferente a la de aquel animal, su rostro era...humano. Una mezcla entre lo humano y animal se unía en una fantástica armonía en aquel cuerpo. A su derecha unas escaleras bajaban hacia un piso inferior y desaparecia por ella, no sin antes regalarme un saludo con su mirada. Un ser fantástico. 
Desaparecí por el mismo lugar en el que vine. Di las gracias y desperté de una de las mejores experiencias astrales que he tenido. Te estarás preguntando lo que vi en aquel libro. Esto fue lo que vi querido lector. 
Un saludo muy grande.




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